La batería se envuelve primero en una capa de plástico de burbujas para proporcionar amortiguación y protección contra impactos. Luego se coloca en una caja de cartón resistente diseñada específicamente para adaptarse a las dimensiones de la batería. La caja se sella con cinta de embalaje de alta calidad para garantizar que se mantenga cerrada de forma segura durante el envío.